La cultura y la sociedad valora lo racional y tiende a bloquear la capacidad para percibir los ciclos corporales, y la conexión de éstos con los de la naturaleza. Al estar desconectas, sin conciencia de la condición cíclica fácilmente se generan desequilibrios energéticos
Cuando se es un feto de veinte semanas, las mujeres tienen alrededor de 20 millones de óvulos, después empiezan a perderlos. Durante todo el ciclo vital, los ovarios producen hormonas, estrógeno, progesterona y andrógenos.
La menstruación, el desprendimiento de la capa más interna del útero, la cual sucede cuando el óvulo no ha sido fertilizado, es un período para evaluar y reflexionar. Cuando existe equilibrio energético, se tiene la sabiduría cíclica que permite reciclar y procesar las emociones, cuando hay una disfunción energética, se presentan negaciones para aceptar las emociones, sean éstas difíciles o agradables, y se expresan dificultades para ver las partes oscuras del ser y trabajar con ellas; físicamente se manifiesta con síndrome de tensión premenstrual, falta de menstruaciones, irregulares o muy abundantes.
Si hay embarazo y equilibrio, la sabiduría interna se muestra con capacidad para concebir una idea o una vida con otra persona, sostenerla, sustentarla y permitirle nacer; cuando hay disfunción energética se expresa en dificultades para generar y mantener una nueva vida, incapacidad para confiar en el proceso de gestación, ambivalencia, aferramiento a la aflicción y la pérdida; infecundidad, aborto espontáneo o parto disfuncional.
Después de que se deja de menstruar, los ovarios conservan su capacidad para producir esteroides, en la parte exterior, la teca, en la que se desarrollan los óvulos, se produce una regresión, pero la parte más interior, la -estroma interna-, se activa por primera vez en la vida; los óvulos siguen produciendo androstenodiona, un tipo de andrógeno que se convierte en grasa corporal, y progesterona y estradiol, importantes en la prevención de la osteoporosis y también para mantener la energía y la libido.
Con estos datos se invita a buscar más información y a realizar ejercicios como el yoga o el taichi, que permiten ponerse en contacto con la sabiduría del ciclo corporal.
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Bibliografía
Northrup, Christiane. (1999). Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Una guía para la salud física y emocional. Barcelona: Urano, S.A.
